La partitura

Yo siempre desconfío de una partitura demasiado limpia. Si no tiene ni una sola anotación es bastante probable que el alumno que la haya tocado no haya estudiado la obra en profundidad.

Os dije en el último artículo que había algunas herramientas imprescindibles para estudiar bien, y para mi la más importante es el lápiz. Con él vamos a poder anotar todo tipo de indicaciones que nos ayuden a procesar la información de manera más rápida y eficaz. La partitura es un texto, y cuando tocamos debemos sacar toda la información musical que ofrece en cada momento: las notas, el ritmo, las dinámicas, respiraciones, articulación, fraseo, etc. y además nos da toda la información sobre cómo ejecutar ese pasaje: digitaciones, pedales, etc. Todo ello unido hace que para tocar una pequeña secuencia de varias notas debamos procesar mucha información en un solo instante y es por eso que tener un lápiz a mano nos va a servir de gran ayuda.

¿Qué cosas anotar en una partitura?

1/ Los pedales. Absolutamente imprescindible. Cuando una obra se mantiene todo el tiempo en una tonalidad y quizá en un par de momentos hace una modulación sencilla (por ejemplo, de Do Mayor a Sol Mayor) nos resulta fácil recordar los pedales que hemos cambiado y estar atentos al momento en que volverán a su sitio original, pero en obras con muchas modulaciones y alteraciones accidentales llevar la cuenta de todos esos cambios se convierte en una dura tarea y si podemos solucionarlo tan fácilmente como anotando los cambios de pedales a realizar, ¿por qué vamos a sufrir y perjudicar a la interpretación musical teniendo los pedales mal colocados todo el tiempo?

Los pedales se deben escribir de manera clara y ordenada, normalmente escribiremos los que cambia el pie izquierdo junto a la voz en clave de fa y los del pie derecho junto a la voz en clave de sol. Es importante anotarlos en el momento preciso en que vamos a moverlos, muchas veces de ello dependerá que reaccionemos con tiempo para hacer el cambio sin ruidos. Si hay dos pedales a la vez, uno de cada lado, se escribirán uno encima del otro. En la medida de lo posible escribiremos los pedales en el momento en que aparece la alteración; así es más fácil relacionarlos con la música y memorizarlos. A mi me gusta escribirlos en el centro entre los dos pentagramas, aunque esto ya es algo personal, lo importante es que los escribas donde vayas a poder leerlos sin tener que recorrer media partitura con la vista.

Me parece importante también que los pedales estén todos anotados antes de hacer la primera lectura tocando. Al hacer esto vamos a tener ya una primera idea de la estructura de la obra y haremos anotaciones con esquemas de pedales al inicio de cada sección. De esta manera ya tendremos la partitura lista para trabajarla. Dibujar esquemas de pedales en puntos clave es necesario también porque cuando practiquemos no vamos a empezar cada día desde el inicio de la obra si no que trabajaremos diferentes partes. Con estos diagramas de pedales tendremos claro cómo empieza cada sección y en qué tonalidad estamos en ese momento y no perderemos tiempo cada vez averiguando cómo había que colocarlos.

2/Digitaciones. Hay varias maneras de indicar qué dedos vamos a usar en cada frase. Una es escribiendo los números correspondientes a cada dedo, otra es poniendo corchetes que incluyan todas las notas que vamos a colocar a la vez. También podemos escribir ligaduras que indican que vamos a conectar un pasaje con otro, o pequeñas señales en forma de V que indican que vamos a «soltar», es decir, dejar nuestra mano fuera de las cuerdas.

Si con los pedales es importante anotarlos todos, en el caso de las digitaciones no es así. Poner números a todas y cada una de las notas sólo estorbará y además hará que dejemos de prestar atención a esas anotaciones. En este caso lo mejor es anotar las digitaciones que no sean lógicas o se salgan un poco de lo normal. Por ejemplo, si tengo mi re DO, lo lógico sería 1 2 3, pero si eso va seguido de un acorde de octava, mi re DO mi sol do, voy a necesitar tocar el primer do con el 4º dedo. En este caso con poner un 4 encima del do ya queda todo claro.

También anotaremos las digitaciones en algún pasaje en que debamos procesar muchas cosas a la vez, por ejemplo, las dos manos tocando cosas distintas a la vez, con dos cambios de pedales y además hay que hacer un acelerando. En ese momento nos va a servir de ayuda tener anotado todo para no tener que pensar extra.

3/ Enarmonías. En muchas ocasiones sustituimos una nota por su enarmónica porque eso hace que tengamos que cambiar menos pedales, o porque la música lo requiere, por ejemplo, en el Impromptu-caprice de Gabriel Pierné en el que hay que tocar dos mi b seguidos y usamos re # para el primero. Si cuando estamos aprendiendo este pasaje, al llegar ahí siempre tenemos que pararnos unos instantes a pensar qué nota era la que se sustituía, es mejor que anotemos al lado la nota real que vamos a tocar, o incluso borrar con tipex la nota escrita y dibujar la nueva con bolígrafo negro. Todo lo que nos facilite procesar la información merece la pena escribirlo.

4/ Armónicos. Tradicionalmente se escribe la nota real que vamos a tocar y va a producir un sonido una octava más agudo. Salzedo cambió esto y como explica en su método lo que él escribe es el sonido real, con lo que debemos tocar una octava por debajo. A mí esto siempre me ha resultado muy confuso e incómodo de procesar por lo que los escribo a la manera tradicional. Insisto,

todo lo que pueda ayudar a obtener toda la información de la partitura en el menor tiempo posible, hay que anotarlo.

Todas estas anotaciones hay que hacerlas ANTES de empezar a practicar una obra, no después de un mes cuando estamos cansados de que ese pasaje nunca nos salga. Es importante escribirlas a lápiz porque puede ocurrir que al tocar nos demos cuenta que había una opción mejor o que el pedal lo tengo que mover una corchea más tarde, etc.

Después, cuando ya estamos practicando la obra podemos añadir anotaciones para insistir en algo que se nos pasa por alto porque estamos ocupados con otra información, por ejemplo en un pasaje donde las manos tienen una coordinación entre sí complicada, quizá no podamos pensar a la vez en el crescendo y marcarlo puede ayudar.

OJO! Tan malo es no anotar nada como anotarlo absolutamente todo. Si rodeas el pedal con un círculo, el piano con otro, el enarmónico con otro, el crescendo con otro, al final sólo verás un montón de círculos que ocultan la información real. Además, si estudiamos conscientemente cada frase iremos incorporando todos los elementos que lo forman y hacer esto no será necesario. Imaginaos que para leer un libro tuviéramos que subrayar los espacios entre las palabras y rodear la coma con un círculo y pintar de un color las v… no funcionaría.

Hablando de colores, si os gusta adornar las partituras, no me parece mal, pero tened en cuenta que normalmente usamos rotuladores que son permanentes. Lo mejor es usarlos moderadamente y para cosas realmente necesarias.

Os dejo algunas fotos de ejemplos de partituras:

Ejemplo de diagramas de pedales
Ejemplo de enarmonías