Quedan poquitos días de clase y Vida de Arpista se va también de vacaciones!!!
¿Qué hacer en verano? Jugar, salir, bañarse en piscinas, ríos, playas, hacer «nada», descansar… Hay tiempo para hacer de todo, y como el verano es muy largo también hay tiempo para tocar el arpa; digo tocar y no estudiar. Yo aprovecho para tocar las obras que me gustan simplemente por el placer de hacerlo, no porque tenga que tocarlas en algún concierto. Me gusta «enredar» mucho (esta palabra me encanta y la he aprendido en Badajoz): enredar es probar cosas: recordar obras que aprendí hace tiempo, leer obras nuevas, hacer variaciones de alguna canción conocida, intentar sacar los acordes de algún tema de la radio y cantar a la vez que toco, juntarme con algún amigo músico para tocar algo. La única manera de equivocarse «enredando» es no intentarlo. También aprovecho para leer mucha música, obras nuevas, buscar repertorio, así voy teniendo más ideas para las clases y para futuros conciertos, y de paso me sirve para trabajar la lectura a vista, que nunca ha sido mi fuerte.
Eso en cuanto al verano. En septiembre hay que comenzar a prepararse para el nuevo curso: dar un repaso general a la técnica haciendo todo tipo de ejercicios para tener los músculos y dedos en forma y comenzar a practicar de nuevo para darnos tiempo a entrar poco a poco en los hábitos de estudio y así empezar el curso en plena forma y con energías renovadas.
Me parece buena idea hacer una valoración de todo el año así que os invito a que penséis en las obras que habéis trabajado, las técnicas que habéis adquirido o mejorado, y que recordéis cómo tocabais el curso pasado y cómo lo hacéis ahora mismo. Así tendréis una motivación para seguir mejorando el curso que viene y también podréis identificar las áreas que necesitan más atención.
Mi valoración de este curso de Vida de arpista: con todo el tiempo que me llevó decidirme a escribir el blog, os digo que no podría estar más contenta de haberlo hecho. Estoy aprendiendo y reflexionando muchísimo y he descubierto que me gusta escribir. Y la lección más importante de este curso: he aprendido a lidiar con el perfeccionismo. Una de las cosas que me asustaban de escribir el blog era pensar que no iba a saber de qué escribir o no iba a tener suficientes temas para publicar cada semana. Al final si esperas a tener todo «perfecto» para hacer algo nunca lo harás, así que hay que lanzarse y aprender por el camino. ¿Cuál es la vuestra?
¡¡¡Feliz Verano!!!